TE FUISTE COMO LOS CHEPANOS
LA TRIBU DE LOS INDIOS RUBIOS DEL DARIÉN
DIEZ MIL AÑOS DE EXISTENCIA
Por Felipe Argote
“Ya
no guardas las huellas de mis pasos, ya no eres mío idolatrado Ancón.
Que
ya el destino desató los lazos que en tu falda formó mi corazón”
Hace 182 años no se vislumbraba siquiera la posibilidad de dar el voto a la mujer. La discriminación de género era institucional. El papel de la mujer en la sociedad era solo como reproductora, cocinera, ama de casa. Ama, un eufemismo para alguien que no era propietaria de nada, solo una trabajadora manual sin salario.
En esa
época, 1836, nace esta maravillosa mujer, quien logró expresar en poema, mejor
que nadie, la frustración de un país que pensó ser parte de un gran proyecto,
para luego percatarse que a cambio de muy poco le habían arrancado, como quien
desarraiga un pedazo de su vientre, una parte esencial de su patria, dejando
partido en dos pedazos su integridad territorial.
“Cual
centinela solitario y triste, un árbol en tu cima conocí.
Allí
guardé mi nombre ¿que lo hiciste, por qué ya no eres el mismo para mí?”
Amelia Denis
de Icaza regresó a su patria temporalmente en 1906, luego de muchos años de
emigrar a Nicaragua donde fue a acompañar a su hija menor Mercedes y cuidar a
sus nietos.
¿Qué
has hecho de tu espléndida belleza, de tu hermosura agreste que admiré?
¿Del
manto que con recia gentileza en tus faldas de libre contemplé?
En una época
en que las mujeres en general eran analfabetas Amelia Denis corrió la suerte de
nacer en el seno de la familia de Saturnino Denis. Su padre era un panameño de
ascendencia francesa, quien publicaba el periódico La Floresta Istmeña” donde
Amelia fue la primera mujer panameña en publicar poesías.
¿Qué
se hizo tu chorrillo? ¿Su corriente al pisarla un extraño se secó?
Su
cristalina, bienhechora fuente en el abismo del no ser se hundió.
¿Qué
has hecho de tus árboles y flores, mudo atalaya del tranquilo mar?
¡Mis
suspiros, mis ansias, mis dolores te llevarán las brisas al pasar!
En un
período histórico en que las mujeres morían viudas, la poetisa panameña más
destacada de nuestra historia, luego de enviudar de su primer matrimonio con el
que tuvo varios hijos se casa por segunda vez. Su segundo esposo es Don Jose
Maria Icaza con quien tuvo una sola hija, Mercedes, quien se casó con el
nicaragüense Don Ponciano Espinosa. Jose María Icaza decidió acompañar a su
única hija a Nicaragua para asegurarse de su bienestar, con la desgracia de
morir en aquella tierra.
Tras
tu cima ocultábase el lucero que mi frente de niña iluminó:
la
lira que he pulsado, tú el primero a mis vírgenes manos la entregó.
Tus
pájaros me dieron sus canciones, con sus notas dulcísimas canté,
y
mis sueños de amor, mis ilusiones, a tu brisa y tus árboles confié.
En 1894,
tras la muerte de su esposo la patriota panameña se traslada a Nicaragua donde
establece su morada junto a su hija menor y sus nietos. También allá en
Centroamérica desarrolla su poesía. Publica en varios periódicos, especialmente
en “El Trabajo” y “El Bien Público” poesía de profundo contenido social.
Más
tarde, con mi lira enlutecida, en mis pesares siempre te llamé;
buscaba
en ti la fuente bendecida que en mis años primeros encontré.
¡Cuántos
años de incógnitos pesares, mi espíritu buscaba más allá
a
mi hermosa sultana de dos mares, la reina de dos mundos, Panamá!
En Nicaragua
conoce personalmente a Félix Rubén García Sarmiento, el mayor representante del
modernismo literario en lengua española, Rubén Darío. Seguro el extraordinario
poeta influyó en su poesía. Amelia Denis se pulió escribiendo poesía dedicadas
a toda la gente de la sociedad nicaragüense con quien se relacionó y
simpatizaba. Además, le sobró entusiasmo y talento a esta increíble mujer,
quien pareció salir de otra época posterior, para escribir poesía pidiendo a
Chile y Perú que cesaran su guerra por ser pueblos hermanos. También para
dedicarle versos a la memoria fresca de Victoriano Lorenzo:
“el
indígena puede morir, pero rendirse no”
Y lo
escribió en tiempos en que los gobernantes liberales y conservadores, los
mismos que asesinaron cobardemente al general coclesano, insistiesen en que se
trataba de un bandolero. Amelia Denis era una patriota a carta cabal.
“Soñaba
yo con mi regreso un día, de rodillas mi tierra saludar:
contarle
mi nostalgia, mi agonía, y a su sombra tranquila descansar.”
“Sé
que no eres el mismo; quiero verte y de lejos tu cima contemplar;
me
queda el corazón para quererte, ya que no puedo junto a ti llorar.”
En 1906
Amelia Denis regresa a Panamá para visitar a sus hijas de su primer matrimonio
y a sus hermanas. Al regresar a la patria, como una bofetada en el rostro,
encuentra su cerro Ancón secuestrado por militares extranjeros, encarcelado
tras una alta cerca coronada con alambres de púas. En ese momento escribe “Al
Cerro Ancón”
Una de sus
hermanas era Doña Mercedes Denis de Miró. Había quedado viuda cuando su hijo
era muy niño y tuvo ella que criarlo sola y lo hizo muy bien, pues le inculcó
el amor por la poesía que le infundió su padre Don Saturnino Denis y que
compartía con su hermana Amelia. Su hijo, el sobrino de Amelia Denis de Icaza,
era Don Ricardo Miró.
“Centinela
avanzado, por tu duelo lleva mi lira un lazo de crespón;
tu
ángel custodio remontose al cielo... ¡ya no eres mío, idolatrado Ancón!”
Su
extraordinaria obra poética fue publicada 16 años después de su muerte. Nunca
pudo la juglar Amelia Denis, la adelantada a su tiempo, recibir los aplausos de
sus compatriotas, ni conocer las dimensiones del efecto de sus letras sobre la
lucha por la soberanía de nuestro país. Su poesía tampoco fue publicada por
primera vez en Panamá. “Al Cerró Ancón”, junto con el resto de sus poesías fue
publicada en 1927 en el libro “Hojas Secas” en los talleres gráficos Robelo en
León Nicaragua.
Algo que agradecer a nuestro hermano país de Centroamérica por evitar que se perdiera para siempre su magistral poesía. Algo que enseñar a los xenofóbicos locales para que recapaciten al notar que si no fuera por la hospitalidad de nuestros hermanos y hermanas no solo para acoger a la poetisa sino para publicar su poesía 16 años después de su muerte tal vez nunca la hubiéramos conocido “Al Cerro Ancón”.
Amelia Denis De Icaza murió en Managua, Nicaragua en 1911. Una estatua de cuerpo entero de la poetisa actualmente se levanta en la recuperada cima del Cerro Ancón.
Si te pareció interesante, te recomiendo:
EL CUADERNO DE MAYA
http://www.elblogdefelipeargote.net/2011/08/el-cuaderno-de-maya.html
LA SUMA DE LOS DIAS DE
ISABEL ALLENDE
http://elblogdefelipeargote.blogspot.com/2011/01/la-suma-de-los-dias-de-isabel-allende.html
LA ISLA BAJO EL MAR
http://elblogdefelipeargote.blogspot.com/2010/04/la-isla-bajo-el-mar.html
LA MALINCHE
http://elblogdefelipeargote.blogspot.com/2010/04/la-malinche-de-laura-esquivel.html
EL LIBRO DE JUANITA
http://elblogdefelipeargote.blogspot.com/2010/03/literatura-el-libro-de-juanita.html