Por
Felipe Argote
Panamá, junto con Chile y
Uruguay, son los únicos tres países latinoamericanos con un ingreso per cápita superior
a 15,000 dólares anuales. Pero Chile y Uruguay poseen un nivel de pobreza del
10% mientras en Panamá la pobreza es del 20%. Chile tiene un a pobreza extrema
del 3% por ciento, Uruguay de menos del 1%, Panamá tiene pobreza extrema del 10%
de su población.
Adicionalmente la organización
de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura conocida por sus
siglas en inglés como la FAO coloca a Panamá como el cuarto país con mayor
desnutrición infantil en Latinoamérica.
Según cifras del Instituto
Nacional de Estadística y Censo INEC cada cuatro días muere un panameño por
desnutrición. Nuestro país es el sexto con peor desigualdad en el mundo. En
Panamá el 20% de la población más rica recibe el 54% de la riqueza, mientras el
20% más pobre recibe apenas el 3%. Mientras el Producto Interno Bruto per cápita
es mayor al 15% en promedio en el país, en el sector agropecuario es del 3%. Mientras
el promedio de pobreza en el país es de 20%, en las áreas comarcales el 90% de
la población es pobre. En las áreas urbanas la tasa de mortalidad infantil es similar
a Europa, en las áreas comarcales es igual a la de los países más pobres del África
subsahariana. En cuanto a educación, Panamá, después de El Salvador, es el país
que menos invierte en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto en Latinoamérica.
La economía panameña ha crecido
en los últimos años en forma espectacular. El PIB se ha
elevado de 15,000
millones en 2004 a 65,000 millones en 2019. Se ha multiplicado por más de 4 veces en 15
años. El ingreso por persona era de 4,000 dólares anuales a principios de siglo, en el 2018 cerró a más de 15,000 dólares. La tasa de crecimiento del PIB en los
últimos quince años es de 7%, más parecida a China que a Estados Unidos. Sin embargo,
en los últimos años la economía se ha desacelerado. Del 12% de crecimiento en
2007 y 11% de crecimiento en el 2011, en el año 2017 bajó a 5,3% y el año pasado
2018 bajó a apenas 3.8%. El desempleo sigue en ascenso. Actualmente es de 6.4%,
el más alto en los últimos 10 años.
Veamos algo de economía 101
o economía básica. La ecuación del Producto Interno Bruto PIB que mide la economía
es:
PIB = C + I + G
+X – I
PIB= Consumo+
Inversión + Gastos del Gobierno + Exportaciones - Importaciones
Cuando existe una recesión o
sea que cae el PIB o una desaceleración en donde el crecimiento es menor al año
anterior los economistas podemos optar por aplicar medidas para se recupere o simplemente
no hacer nada. Si no hacemos nada es porque creemos que existe la llamada “mano
invisible” del mercado que soluciona su desequilibrio solo, si decidimos
intervenir podemos elevar el consumo mediante la reducción de los impuestos,
impulsar la inversión mediante la baja en la tasa de interés del crédito, o
aumentar el gasto público mediante inversiones estatales. Aquí es donde se
observa que no todos los economistas pensamos igual.
Hay dos corrientes
fundamentales en la economía capitalista: los neoliberales que siguen la teoría
del austriaco Friedrich Von Hayek conocidos como los Chicago Boys, quienes aseguran
que el gobierno no debe hacer nada porque los mercados son eficientes. Afirman
que el gobierno solamente debe garantizar el balance fiscal, o sea que los
gastos sean iguales a los ingresos y que no se eleve la deuda.
La otra corriente es la keynesiana
que siguen los criterios de John Maynard Keynes, quien afirma que en estos malos
tiempos el gobierno debe tomar medidas anticíclicas o sea inyectar capital a la
economía para que exista demanda y se recupere. Que ante la parsimonia de la
empresa privada sea el estado el que anime la economía mediante un plan de
inversiones públicas muy agresivo.
En Panamá existe hoy una evidente
desaceleración económica. El actual gobierno presenta una política económica neoliberal
clásica de los ochentas, cuando se aplicó por primera vez. Esta centrado en contraer
el gasto mediante la reducción del presupuesto fundamentalmente de inversiones,
posponiendo entre otras la línea 3 del metro y el cuarto puente sobre el canal hasta
que se logre el balance fiscal. Eso no es descabellado, es coherente con su teoría
neoliberal, sobre todo la reducción del gasto en un país donde se ha abusado del
gasto público. Ojalá en lugar de las inversiones se redujeran las planillas,
pero esto es difícil por los compromisos políticos del nuevo gobierno. Entonces
quedan, desde su perspectiva centrada en eliminación del déficit, reducir las
inversiones estatales y disminuir los gastos en educación.
Un gobierno con una
perspectiva económica keynesiana estaría por reactivar la economía mediante
inversiones públicas, reducción de planillas de individuos que no producen,
pero invertir en construcción de calles, puentes y la línea 3 del metro para
crear más empleo productivo, más poder adquisitivo y generar crecimiento en la economía,
ya que estos nuevos trabajadores adquieren con sus salarios los bienes y
servicios de las empresas.
En el último gobierno del PRD
se presentó un crecimiento importante en sus cuatro primeros
años y logró por
primera vez superávit en la balanza fiscal. Aplausos. Sin embargo, terminó en
2009 con una recesión técnica ya que el crecimiento fue de 1.2% con un aumento de
la población de 1.6%, o sea que la población creció más que la economía. Al llegar
el gobierno de Martinelli, al ver grandes posibilidades de expansión del gasto público,
decidió tomar medidas anticíclicas. No creo que conscientemente. El resultado
fue un crecimiento del 5.8% en 2010 y 11.3% en 2011.
La política neoliberal centrada
en balance fiscal es sin duda muy responsable, pero hoy va a contrapelo de la tendencia
mundial. Aunque los más allegados asesores de Trump, Larry Kudlow no terminó la
carrera y Alfred Navarro de ascendencia cubana, no se graduó en Chicago sino en
Harvard, ambos están igual que China, Japón y la Unión Europea por la expansión
antes que por la contracción del gasto público.
Estados Unidos ha
implementado una política denominada de flexibilización cuantitativa ya
utilizada en Japón y Europa que consiste en inyectar dólares a la economía mediante
la compra de activos financieros, ya sea bonos o acciones. Este exceso de
reservas financieras compradas con emisión reduce el valor del dinero,
empujando a la reducción de la tasa de interés. La reducción del costo del
dinero lleva al incentivo económico. Los economistas norteamericanos de Trump convencieron
al Congreso tanto a demócratas como a republicanos a eliminar el techo de la deuda
por dos años. La relación deuda PIB de Estados Unidos es de 107%. En Latinoamerica
los países mas endeudados son Venezuela que se reclama de izquierda con 80.9% del
PIB y Argentina que se reclama de derecha con 80.0% del PIB. En cambio, Panamá según
datos del Banco Mundial, cerró 2018 con una deuda con relación al PIB de apenas
36.8%, una de las más bajas de Latinoamerica.
Yo no creo en la política neo
mercantilista de Trump, ni creo que debamos duplicar la deuda, pero estoy
convencido que una política económica centrada en contracción de la inversión pública
en lugar de anticíclica para lograr superávit fiscal es equivocada. Esta nos llevará a más desaceleración económica
en un escenario optimista.
Si te pareció
interesante, te recomiendo:
UNA TRAGEDIA GRIEGA
LOS NEOCLASICOS
ACTIVOS TÓXICOS
SOBRE EL INDICE DE
COMPETITIVIDAD GLOBAL
QUE PASA EN ARGENTINA. UNA
PERSPECTIVA ECONÓMICA
UNA ESTRATEGIA ECONOMICA
PARA AMÉRICA LATINA
ECONOMIA NORTEAMERICANA EN
LA ERA TRUMP