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24 de agosto de 2019

COMO ANDA LA ECONOMIA 2019

KEYNES VERSUS HAYEK

Por Felipe Argote



Panamá, junto con Chile y Uruguay, son los únicos tres países latinoamericanos con un ingreso per cápita superior a 15,000 dólares anuales. Pero Chile y Uruguay poseen un nivel de pobreza del 10% mientras en Panamá la pobreza es del 20%. Chile tiene un a pobreza extrema del 3% por ciento, Uruguay de menos del 1%, Panamá tiene pobreza extrema del 10% de su población.

Adicionalmente la organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura conocida por sus siglas en inglés como la FAO coloca a Panamá como el cuarto país con mayor desnutrición infantil en Latinoamérica.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo INEC cada cuatro días muere un panameño por desnutrición. Nuestro país es el sexto con peor desigualdad en el mundo. En Panamá el 20% de la población más rica recibe el 54% de la riqueza, mientras el 20% más pobre recibe apenas el 3%. Mientras el Producto Interno Bruto per cápita es mayor al 15% en promedio en el país, en el sector agropecuario es del 3%. Mientras el promedio de pobreza en el país es de 20%, en las áreas comarcales el 90% de la población es pobre. En las áreas urbanas la tasa de mortalidad infantil es similar a Europa, en las áreas comarcales es igual a la de los países más pobres del África subsahariana. En cuanto a educación, Panamá, después de El Salvador, es el país que menos invierte en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto en Latinoamérica.

La economía panameña ha crecido en los últimos años en forma espectacular. El PIB se ha
elevado de 15,000 millones en 2004 a 65,000 millones en 2019.  Se ha multiplicado por más de 4 veces en 15 años. El ingreso por persona era de 4,000 dólares anuales a principios de siglo, en el 2018 cerró a más de 15,000 dólares. La tasa de crecimiento del PIB en los últimos quince años es de 7%, más parecida a China que a Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos años la economía se ha desacelerado. Del 12% de crecimiento en 2007 y 11% de crecimiento en el 2011, en el año 2017 bajó a 5,3% y el año pasado 2018 bajó a apenas 3.8%. El desempleo sigue en ascenso. Actualmente es de 6.4%, el más alto en los últimos 10 años.

Veamos algo de economía 101 o economía básica. La ecuación del Producto Interno Bruto PIB que mide la economía es:
PIB = C + I + G +X – I
PIB= Consumo+ Inversión + Gastos del Gobierno + Exportaciones - Importaciones

Cuando existe una recesión o sea que cae el PIB o una desaceleración en donde el crecimiento es menor al año anterior los economistas podemos optar por aplicar medidas para se recupere o simplemente no hacer nada. Si no hacemos nada es porque creemos que existe la llamada “mano invisible” del mercado que soluciona su desequilibrio solo, si decidimos intervenir podemos elevar el consumo mediante la reducción de los impuestos, impulsar la inversión mediante la baja en la tasa de interés del crédito, o aumentar el gasto público mediante inversiones estatales. Aquí es donde se observa que no todos los economistas pensamos igual.

Hay dos corrientes fundamentales en la economía capitalista: los neoliberales que siguen la teoría del austriaco Friedrich Von Hayek conocidos como los Chicago Boys, quienes aseguran que el gobierno no debe hacer nada porque los mercados son eficientes. Afirman que el gobierno solamente debe garantizar el balance fiscal, o sea que los gastos sean iguales a los ingresos y que no se eleve la deuda.

La otra corriente es la keynesiana que siguen los criterios de John Maynard Keynes, quien afirma que en estos malos tiempos el gobierno debe tomar medidas anticíclicas o sea inyectar capital a la economía para que exista demanda y se recupere. Que ante la parsimonia de la empresa privada sea el estado el que anime la economía mediante un plan de inversiones públicas muy agresivo.

En Panamá existe hoy una evidente desaceleración económica. El actual gobierno presenta una política económica neoliberal clásica de los ochentas, cuando se aplicó por primera vez. Esta centrado en contraer el gasto mediante la reducción del presupuesto fundamentalmente de inversiones, posponiendo entre otras la línea 3 del metro y el cuarto puente sobre el canal hasta que se logre el balance fiscal. Eso no es descabellado, es coherente con su teoría neoliberal, sobre todo la reducción del gasto en un país donde se ha abusado del gasto público. Ojalá en lugar de las inversiones se redujeran las planillas, pero esto es difícil por los compromisos políticos del nuevo gobierno. Entonces quedan, desde su perspectiva centrada en eliminación del déficit, reducir las inversiones estatales y disminuir los gastos en educación.

Un gobierno con una perspectiva económica keynesiana estaría por reactivar la economía mediante inversiones públicas, reducción de planillas de individuos que no producen, pero invertir en construcción de calles, puentes y la línea 3 del metro para crear más empleo productivo, más poder adquisitivo y generar crecimiento en la economía, ya que estos nuevos trabajadores adquieren con sus salarios los bienes y servicios de las empresas.

En el último gobierno del PRD se presentó un crecimiento importante en sus cuatro primeros
años y logró por primera vez superávit en la balanza fiscal. Aplausos. Sin embargo, terminó en 2009 con una recesión técnica ya que el crecimiento fue de 1.2% con un aumento de la población de 1.6%, o sea que la población creció más que la economía. Al llegar el gobierno de Martinelli, al ver grandes posibilidades de expansión del gasto público, decidió tomar medidas anticíclicas. No creo que conscientemente. El resultado fue un crecimiento del 5.8% en 2010 y 11.3% en 2011.

La política neoliberal centrada en balance fiscal es sin duda muy responsable, pero hoy va a contrapelo de la tendencia mundial. Aunque los más allegados asesores de Trump, Larry Kudlow no terminó la carrera y Alfred Navarro de ascendencia cubana, no se graduó en Chicago sino en Harvard, ambos están igual que China, Japón y la Unión Europea por la expansión antes que por la contracción del gasto público.

Estados Unidos ha implementado una política denominada de flexibilización cuantitativa ya utilizada en Japón y Europa que consiste en inyectar dólares a la economía mediante la compra de activos financieros, ya sea bonos o acciones. Este exceso de reservas financieras compradas con emisión reduce el valor del dinero, empujando a la reducción de la tasa de interés. La reducción del costo del dinero lleva al incentivo económico. Los economistas norteamericanos de Trump convencieron al Congreso tanto a demócratas como a republicanos a eliminar el techo de la deuda por dos años. La relación deuda PIB de Estados Unidos es de 107%. En Latinoamerica los países mas endeudados son Venezuela que se reclama de izquierda con 80.9% del PIB y Argentina que se reclama de derecha con 80.0% del PIB. En cambio, Panamá según datos del Banco Mundial, cerró 2018 con una deuda con relación al PIB de apenas 36.8%, una de las más bajas de Latinoamerica.

Yo no creo en la política neo mercantilista de Trump, ni creo que debamos duplicar la deuda, pero estoy convencido que una política económica centrada en contracción de la inversión pública en lugar de anticíclica para lograr superávit fiscal es equivocada.  Esta nos llevará a más desaceleración económica en un escenario optimista.
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