Por Felipe Argote
Para poner en
perspectiva debo explicar en forma simple que el paraíso libertario es una
islilla ubicada justo a la derecha de la isla de utopía.
Elizabeth Truss pretendía
ser reconocida como la nueva Margaret Thatcher, aquella líderesa conservadora que
gobernó en la década del 80 del siglo pasado. En aquel entonces una serie de
factores económicos internacionales confluyeron para el surgimiento del modelo neoliberal,
una adecuación del viejo modelo liberal fracasado en la década del XX del siglo
pasado, tenido a menos desde los tiempos en la gran depresión en 1929 en donde
sus ideólogos propusieron lo que siempre proponían, no hacer nada, solo dejar
que las fuerzas del mercado actuaran de manera autónoma porque luego todo
regresaría a su nivel. Decían que la economía era cíclica, que una mano invisible
llamada mercado todo lo resuelve en función del tiempo, que la intervención de
cualquier factor exógeno sería negativa para la economía. Aplicando este modelo
la gran depresión parecía no tener fin, hasta que surge John Maynard Keynes, el
inglés nacido en Cambridge quien propone que el estado en tiempos de recesión
debe intervenir con medidas anticíclicas para reducir el lapso de la crisis.
En la década del 80
del siglo pasado, tras la crisis de la deuda y el surgimiento de la
estanflación se dieron las condiciones para que surgiera un nuevo modelo que,
aunque básicamente de corte liberal estableciera algunas modificaciones tales
como que el estado pudiera intervenir para romper los monopolios ya que es la
competencia la determinante para el funcionamiento de la economía. Establecía instituciones
que velarían por la veracidad de la oferta y brindarían información a los
demandantes sobre los precios para que tomaran decisiones inteligentes
eliminando el control de precios. Finalmente, el modelo neoliberal proponía que
el estado pudiera intervenir como árbitro. En Panamá esa institución se llamó
primero CLICAC y luego ACODECO. Atendiendo a sus conceptos iniciales eliminó
toda planificación.
Sin duda quien
lideró la implementación del modelo neoliberal a principios de la década del
ochenta del siglo pasado fue Margaret Thatcher, llamada la dama de hierro,
primera ministra del Reino Unido de 1979 a 1990.
Treinta y dos años
después otra mujer, Liz Truss, pretendía ante la evidente crisis económica
mundial establecer una nueva revolución conservadora aplicando la simple
política económica de reducir impuestos a los ricos con el convencimiento que
al tener más dinero disponible lo invertirían para hacer crecer la economía.
Sin embargo, ya no estamos en la década del ochenta. Su proyecto terminó muy malogrado
y su gobierno obtuvo el récord de ser el más corto de la historia, solo 45 días.
La implementación del modelo neoliberal de los ochenta demostró una vez más que
está totalmente desfasado, eso lo saben los economistas actualizados, los inversionistas
y también lo sabe el mercado. Por eso el resultado del experimento retro fue la
caída de la economía inglesa con fuerte énfasis en la devaluación de libra esterlina.
Rishi Sunak no es
para nada un socialdemócrata o laborista como se denomina el partido de la izquierda
en Inglaterra, pero con sus conocimientos de economía y su juventud ya sabe que
los modelos económicos ya superados no pueden regresar a implementarse solo
porque a los ultraconservadores le parecieron buenos momentos o por nostalgia.
El flamante primer ministro además de ser economista tiene un posgrado en administración
de empresas.
Es muy seguro que
el nuevo primer ministro no desarrolle una agresiva política keynesiana de
impulso estatal a la economía ni de redistribución efectiva de la riqueza, pero
demos por seguro que no aplicará un modelo neoliberal desfasado.
En Panamá el actual gobierno a diferencia de los dos anteriores ha intentado también aplicar un modelo neoliberal como Liz Truss por al menos tres años. Luego de la explosión social de julio pasado ha dado manotazos ideológicos a todos lados, pero en general ha intentado implementar algo parecido al modelo de sustitución de importaciones de lo década del setenta del siglo pasado, un retroceso aun mayor, con la deficiencia de que se niega a implementar una planificación.
Así como he dicho
que no se puede recular 40 años a un modelo desfasado aún peor resulta retroceder
cincuenta años a un modelo de los setenta desfasado y fracasado.
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