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16 de marzo de 2012

CHIVO EXPIATORIO

Por: Felipe Argote

Nuevamente me tomo el espacio para desarrollar algunos de los términos comúnmente escuchados en discursos, alocuciones y polémicas. Uno de los vocablos más utilizados en una controversia es el concepto de “chivo expiatorio”. Normalmente se utiliza para referirse a alguien a quien se le pretende endosar la responsabilidad de un acto ilegal o impopular, para que los verdaderos culpables no sean castigados por sus fechorías.. Al responsabilizar solamente a un florista de pretender hacerse de un lote en el área de Paitilla, se le utiliza como chivo expiatorio de los grandes intereses que se jugaron en ese intento fallido de controlar un terreno estatal de gran valor monetario, ubicado en una de las áreas mas exclusivas de la ciudad.

Sin embargo ¿Cual es la génesis del término? Actualmente la expresión surge en un fragmento de la Toráh, el libro sagrado de los hebreos, el mismo libro que los cristianos tomaron sin pedir permiso y lo denominaron Pentateuco, ya que se compone de cinco partes: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

Pues bien, del Levítico surge una figura semi humana, Azazel, el líder de un grupo de 200 ángeles caídos o de extraterrestres llamados grigori, que tuvieron relaciones sexuales con mujeres humanas y de cuya relación nace la raza de gigantes conocida como los nephilim. Los grigori, también llamados los observadores, que aparecen de la misma manera en el primer libro de la Toráh, el génesis, son quienes enseñaron a los hombres como construir armas de guerra y a las mujeres cómo maquillarse para ser sexualmente más atractivas. Azazel como su líder, fue quien les sirvió de maestro a los humanos y humanas.

Lo cierto es que Azazel es luego considerado la cabra del emisario o chivo expiatorio, lo cual le hace dar una connotación negativa al personaje. Esto es así, siempre según la Toráh y el libro de Enoch considerado apócrifo por los cristianos, porque sus enseñanzas a los humanos determinaron una serie de graves conflictos, al punto que Dios el bondadoso y compasivo, decidió terminar con casi toda la vida en la tierra, mediante la inundación de gran parte del planeta, aniquilando por inmersión a animales, hombres, mujeres y hasta bebés recién nacidos. Pero para evitar el pesado fardo de verse obligado a iniciar su obra de cero, decidió impedir la eliminación de todas las especies, por lo que convocó a Noé, nieto de Matusalén y lo convenció de construir un arca e introducir en ella siete parejas de las especies limpias y una de cada una de las especies sucias, más toda su familia cercana, entre los cuales habían algunos que no eran necesariamente unos santos, especialmete su hijo Cam. Pero esa es otro relato.

A esta altura del relato, gran parte de los devotos y devotas religiosas acostumbrados a leer de la biblia solo salmos y proverbios pensarán que esta historia de los grigori y los nephilim la saqué de una manga japonesa, pero no es así. Este es el inicio de la ceremonia del chivo expiatorio que se detalla en el libro Levítico de la toráh. Consiste en que un día al año el sacerdote lleva dos chivos. Los chivos son jóvenes cabras infantiles. A uno de los cachorros lo mataba de un tajo de afilado cuchillo para ofrecerlo a Dios, con lo cual se supone que a Dios le seria agradable ver como asesinaban de una cuchillada a la cría de las cabras. El otro chivo era abandonado en el desierto, para dejarlo morir tras larga agonía de sed y hambre, no sin antes maltratarlo y apedrearlo para dejarlo herido. Se supone que con esta ceremonia el pobre animal indefenso se llevaba con él los pecados de los mortales y sufría su condena y éstos, los hombres, se ahorraban con esto su propio castigo. La ceremonia radicaba en que el sacerdote colocaba sus manos en la cabeza del chivo, mientras elevaba una oración consistente en enumerar los fechorías de cada uno de los miembros de la congregación, mientras le pedía a Dios que transfiriera todos los pecados de la gente hacia el pobre chivo. Luego el animal ya lleno de los pecados de otros, era abandonado en medio del desierto para que sufriera una lenta muerte como castigo por sus culpas, que en realidad eran del pueblo.

Es probable que esta ceremonia fuera suspendida durante la época cristiana, cuando los chivos abandonados a la intemperie empezaron a desaparecer sin antes expiar los pecados colectivos, probablemente para convertirse en delicioso asado de chivo, en las destartaladas aldeas de los paupérrimos parroquianos.

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2 comentarios:

  1. Mi estimado Felipe, excelente y educativa exposición del concepto de "chivo expiatorio", ojalá la mitad de los medios de comunicación y sus asiduos visitantes a entrevistas, pudieran esbozar con tanta sencillez el conocimiento como tú lo haces. Gracias por dedicar tu tiempo a enseñarnos conceptos e ideas tan interesantes.

    Saludos

    Javier Martínez

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