Por: Felipe Argote
Actualmente varios
economistas han presentado una visión cuasi apocalíptica del futuro de la
economía panameña. Esa visión sostiene que
en los últimos años ha sido el Estado el mayor generador del crecimiento
económico, con una innumerable cantidad de obras públicas y macro proyectos
como la expansión del Canal, el metro, las ciudades hospitalarias y la
reorganización del sistema vial. Según ellos, al momento de su
terminación una masa amorfa de trabajadores desempleados pulularán como zombis
por las calles de la ciudad. Adicionalmente debido a la duplicación del
endeudamiento por parte del Estado, el gobierno no tendrá presupuesto para
obras y por el contrario cargará con los desembolsos de los proyectos llave en
mano a los cuales les llegará la fecha de pago.
Este conjunto de
elementos y otros iguales de traumáticos, los lleva a considerar que existe una calamitosa tendencia de signo
irreversible, que nos conducirá sin duda a la crisis económica. Esta tendencia,
a su juicio, ya inició con la reducción de la actividad en la Zona Libre de
Colón en un 12% en el 2014 debido a las ilegales sanciones por parte de
Colombia y la inestabilidad económica en Venezuela. Las medidas legales que la
Asamblea Nacional de Diputados discute para salir de la lista gris del GAFI
abonarán en esta dirección por sus efectos sobre el Centro Bancario. Solo
esperan la elevación de las tasas de intereses actualmente extraordinariamente
bajas, que completen los elementos para una tormenta perfecta, con una
desaceleración de la actividad económica que llevaría pues a una crisis en las
finanzas públicas, incapaces de poder cubrir los saldos vencidos de la deuda,
lo que a su juicio conduciría inequívocamente a la creación de nuevos
impuestos. El infierno de Dante.
Yo personalmente no
veo el futuro apocalíptico y considero inexactos los pronósticos de caos.
Aunque me preocupa la sobre inversión estatal y sus efectos inflacionarios,
tanto como los sobrecostos producto de la corrupción y del sistema llave en
mano, en donde el que construye consigue el financiamiento, lo que eleva los
costos en forma geométrica, en Panamá la relación Deuda/PIB se ha reducido en
vez de aumentar debido al crecimiento de la actividad económica.
Sobre el futuro de
nuestro país, sin embargo, existen algunos elementos que mis colegas
no toman
en cuenta. El crecimiento de la economía panameña en los últimos diez años a un
promedio asombroso de 8.5% tiene su génesis en la recuperación del Canal. La economía panameña desembarazada de los
límites que imponía un Canal militar en manos extranjeras, aprovechó la
transición hacia un Canal panameño con perspectiva comercial, lo que desarrolló
áreas de la economía que mostraron aumento en más de dos dígitos. Tal es el
caso de la construcción (14%), el transporte (13%), las minas y canteras (13%)
y los restaurantes (10%). El turismo sigue en crecimiento y no ha llegado aún a
su madurez, la construcción fuera del área del Canal sigue su nivel ascendente
financiado por la alta inversión extranjera, el transporte se ha limitado en su
crecimiento debido a la crisis económica de los países desarrollados, pero
ahora, en especial Estados Unidos, muestra signos de recuperación. Un sector
que está en franco crecimiento y que necesita absorber mucha mano de obra es la
minería.
En el 2014 el PIB
mostró un crecimiento del 6.2%. Para algunos esta desaceleración con respecto a
los 8.4% del 2013 son malas noticias porque añoran los crecimientos
espectaculares de dos dígitos. No analizan que estos crecimientos empujados por
una irresponsable sobre inversión y endeudamiento, por definición viene
acompañada por altas tasas de inflación. Un crecimiento en el 2014 del 6.2% con
niveles de inflación del 2.6% tendría una tendencia a la baja en el 2015 si el Estado
goloso por la reducción del precio de la gasolina no hubiera cometido el error
de aumentar el precio de la electricidad, mediante una reducción demasiado
rápida del subsidio, que bien podía darse en escalas temporales.
Es preferible un
crecimiento del 6.2% con inflación del 2.6% que un crecimiento del 10% con
inflación del 8% que llego a 15% en comidas y bebidas.
No quiero dejar en
las bocas el sabor de que todo está perfectamente y que tan solo debemos
sentarnos a esperar el paso del desfile de la bonanza económica en los próximos
años. Es cierto que la Zona Libre de Colón y el Centro Bancario que de paso
mostró niveles de crecimiento en las utilidades del 20% se verá afectado por
las medidas anti lavado de dinero, sin embargo, si no advertimos la fabulosa
oportunidad que tenemos enfrente de explotar más y mejor nuestra posición
geográfica desarrollando el sector logístico como antes lo hizo Singapur, bien
justificada tendríamos la desaceleración mayor de la economía a niveles
peligrosos.
La actividad
portuaria en Panamá se ha convertido en la más desarrollada de Latinoamérica,
la expansión del Canal se presenta a tiempo para aprovechar el fabuloso
crecimiento en las exportaciones de gas natural de Estados Unidos hacia el
Asia, con la mejor ruta para este trasiego y la posibilidad de crear un centro
de distribución de este gas natural que tiende a desplazar al petróleo.
Tan solo una miopía
política o serias limitaciones en la formación de un equipo con capacidad en la
elaboración teórica y práctica, impediría diseñar un modelo de desarrollo
ligado a nuestra posición geográfica, la misma que nos ha dictado a gritos por
más de 500 años que es ésta nuestra ventaja comparativa y que debería ser ya
nuestra ventaja competitiva si no hubiésemos pospuesto año a año, gobierno a
gobierno, la elaboración y aplicación de una clara política de desarrollo del
sector logístico en nuestro país.
Si te pareció interesante te recomiendo
Si te pareció interesante te recomiendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario