Por: Felipe Argote
Me ha resultado muy interesante el libro de Juanita Castro, la hermana de Fidel y Raul que vive exiliada en Miami desde 1963. Después de pasado tanto tiempo de su salida de la isla resulta atrayente su relato que independientemente de su base ideológica resulta ameno y sobre todo, a mi juicio, honesto. El libro fue redactado por la periodista María Antonieta Collins según el testimonio de Juanita Castro con la redactora y publicado por la editora Aguilar a finales del año pasado. En algunas ediciones se presenta como "La otra Historia" mientras en otras con el subtitulo más sujestivo de "La Historia Secreta".
Juanita habla de su infancia en la hacienda propiedad de su padre Ángel Castro Argiz, un inmigrante español que había hecho fortuna siendo capataz de una transnacional bananera. Habla de sus seis hermanos, de cómo Fidel desde joven tenía muy claro su vocación de poder, de Raul y su militancia marxista, mientras Fidel se movía ideológicamente según le conviniera a sus propósitos. Juanita habla inclusive de su propia captación como agente de la CIA por parte de la esposa del embajador de Brasil en Cuba Virginia Leitao de Cunha y luego su contacto en la Agencia de Inteligencia norteamericana. Su trabajo bajo la jefatura del agente cuyo seudónimo era Enrique con quien llegó a desarrollar una relación casi filial. Platica de su trabajo en la que llamaban “La Compañía”, de su seudónimo Donna, de Salvador Lewis su superior cuando traslada sus operaciones de México a Miami. Habla en detalle de su niñez y juventud con sus cinco hermanos Castro y de su relación especial con su hermano favorito: Raul Castro.
Juanita confiesa que desde el principio del gobierno de Fidel estuvo conspirando con lo que quedaba de los seguidores de Batista. Luego directamente como agente de la CIA, quienes le entregaron una radio de onda corta para comunicarle los sitios secretos en donde le pasaban instrucciones mediante el uso de latas de conserva de leche y frijoles, cuando aún estaba en la Habana y colaboraba en mover personas y esconder armas.
Habla de su exilio en México, luego en Miami siempre trabajando para la CIA, hasta que durante el gobierno de Nixon, los Estados Unidos cambia su política de la guerra fria hacia la coexistencia pacífica con la Unión Soviética y literalmente le mandaron al agente A y al agente B para informarle que sus servicios ya no eran necesarios y le solicitaron que cesara sus actividades anticastristas.
Luego desarrolla cómo pudo sobrevivir sin el financiamiento de la CIA mediante la creación de una pequeña farmacia con la ayuda del préstamo de un banco cuyo vicepresidente era un exiliado cubano. Crea la farmacia Mini Price Pharmacy que todavía administra personalmente.
Se lamenta de cómo fue años después apresada por vender medicamentos sin receta, específicamente Tranxenes, a un agente encubierto y cómo fue a dar con sus huesos a una cárcel de Miami cuando a pesar de todas sus actividades en Cuba nunca había visitado una cárcel si no era para procurar la liberación de perseguidos batistanos presentándose como la hermana de Fidel.
Por el libro he sabido que Agustina, la hermana menor de Fidel, estuvo casada con el cantautor cubano Silvio Rodriguez y que su hijo Silvio Raul Rodriguez Castro vive exiliado en Orlando Florida junto con su esposa e hijos. Habla de los hijos de Fidel, de los de Raúl y de que ella fue la única de los siete hermanos que nunca se casó ni tuvo hijos.
El libro de Juanita es un documento histórico proveniente de una fuente primaria que procura seriamente ser ecuánime en la información aunque no esconde la antipatía que desde joven siempre sintió por su hermano Fidel y el amor especial por su hermano Raul, y cuyo evidente objetivo superior es resguardar el honor de la familia Castro, de su padre Ángel Castro Argiz y de su madre Lina Ruz González quienes son producto del segundo matrimonio de Ángel con una mujer mucho más joven. De hecho la séptima hija de esta unión, Agustina, nació cuando su padre tenía 62 años.
La forma de contar la historia, su talante, es como escuchar a una abuela contar historias del tiempo de antes. Me recuerda a mi propia madre que como Juanita odiaba a Fidel como si fuera su enemigo personal, aunque Juanita en cambio justifica a Raul tan solo porque era su hermano favorito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario