Elblogdefelipeargote XVI TEMPORADA: EL DISPARATE DE LA MESA DEL SALARIO MÍNIMO

Por Felipe Argote

De todas las incoherencias realizadas por los últimos gobiernos de los partidos políticos la mesa de salario mínimo es uno de los mayores disparates. Abogados en representación de la empresa privada, con abogados de los sindicatos y el abogado del Ministerio de Trabajo calculan el efecto sobre la economía y de las familias de establecer 96 salarios. Ninguno recibió otra cosa que economía básica en sus materias de la universidad. No me sorprendería entonces que el gobierno establezca una mesa de economistas para que acuerden las reformas al código penal.

El salario mínimo es como la canasta básica. La canasta Básica de Alimentos es el mínimo necesario para que una familia promedio que en este caso de Panamá es de 3.5 personas, pueda cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Así el salario mínimo está relacionado con las necesidades del trabajador y trabajadora y sus familias, por tanto, es el mínimo necesario para cubrir las necesidades del trabajador y trabajadora junto con su familia. Esto incluye no solo alimentación sino salud, transporte, vestido, calzado, muebles, educación, esparcimiento, y otros varios.

Por supuesto para calcularlo se necesita el valor del promedio de miembros de la familia que trabajan en este momento. Si en cada familia trabajan en promedio dos personas entonces el salario mínimo seria la cantidad necesaria para cubrir esas necesidades entre dos y si fueran tres el cálculo sería correspondiente.

El cálculo de la canasta básica en Panamá es poco serio, debo decirlo. Mientras el MEF lo calcula en $313.85 la ACODECO lo calcula en $243.00. Una diferencia de 77.66% entre dos oficinas gubernamentales. Espectacular. Yo tomo el del MEF porque lo respalda el rigor científico, mientras el de ACODECO es un dislate para decir lo menos, ya que envían a un grupo a los supermercados y escogen el producto de la canasta básica más barato en cada uno, aunque esté a punto de vencer su fecha de expiración y por tanto tengan mal olor. Para que esa canasta le salga a ese precio debe viajar a un super mercado en el Chorrillo para comprar el azúcar y luego a una tienda de San Miguelito para la sal y luego a un minisúper en Tocumen para el pan. Absurdo.

En el caso del Ministerio de Economía y Finanzas la canasta básica familiar de alimentos es un cálculo realizado por la Dirección de Análisis Económico y Social del MEF. Un grupo de excelentes profesionales hombres y mujeres especialistas en temas económicos, estadísticos, nutrición, entre otros lo calculan. No es un lugar de negociación entre vendedores y comensales, es un grupo técnico que calcula cuánto cuesta cubrir las necesidades básicas de proteínas (10-15%), grasas (10-30%), carbohidratos (45%-75%) y azúcares (10%) según la recomendación de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO). Esto es para cubrir la ingesta media de calorías por un nivel de 2,338.6 que es lo mínimo necesario para cubrir las necesidades calóricas de una familia de 3.5 miembros en Panamá y San Miguelito y de 3.6 miembros en el resto urbano del país. Por supuesto es una referencia inexacta porque no incluye sectores rurales y menos comarcales, pero es lo que se necesita para ser un indicador fiable para examinar tendencia.

Esto mismo, pero con datos adicionales, debería calcularse para establecer el salario mínimo y no una mesa de pulso a ver quién tiene más músculo, para imponer por un lado que no se suba el salario mínimo para darle la buena noticia a los clientes y por el otro que se eleve lo más posible antes de salir en conferencia de prensa para informar los resultados a los agremiados.

Advierto que la Organización Internacional del Trabajo OIT y yo pensamos que debe existir un salario mínimo. No concuerdo con el neoliberalismo salvaje que asevera que el mejor salario mínimo es que no haya ninguno y que cada uno negocie con su empleado y con su patrón. Eso me suena al gobierno que cerró empresas y luego le dice a empleados y empresarios que vayan por su cuenta a negociar con el banco que la va a quitar la casa.

Como mi forma de ver la vida es siempre el aporte y no solo la crítica, presento el cálculo de cuanto debe ser el salario mínimo en Panamá, advirtiendo que creo que debe existir uno solo, no como ahora que son noventa y seis, contradictorio con las leyes de las matemáticas en donde el mínimo de una serie es un número, no un grupo de valores.

Para esto tengo la canasta básica alimenticia del MEF que suma $323.9 en julio, el último publicado, luego tengo el cuadro del INEC que presenta la importancia relativa del índice de precios al consumidor nacional urbano según división y agrupación de bienes y servicios. Esta jeringonza lo que quiere decir es cuánto pesa el gasto de la canasta básica alimenticia en el total del gasto de las familias y presenta cuánto cuesta en comparación porcentual cada uno de los bienes y servicios que pagan las familias. Así alimentos y bebidas es el 32.3% del gasto, vestido y calzado 9.7%, vivienda, agua electricidad y gas 10.3%, muebles y equipo de hogar 9.9%, salud 3.2%, transporte 13%, esparcimiento 7%, educación 4.7%, bienes diversos 9.9%.

Sé que algunos saldrán a contradecir estas proporciones, yo también, pero tenemos que ajustarnos a los números oficiales para evitar la anarquía en el cálculo y la opacidad producto de criterios cualitativos. El resultado de mi cálculo está en el cuadro adjunto. El salario mínimo en Panamá hoy debe ser $719.73. La PEA es el 47% de la población y hay 38.6 trabajando. Si las familias son de 3.5 miembros, hay 1.35 miembros por famiilia trabajando en promedio.

Curiosamente se parece al que he escuchado de empresarios y sindicalistas hace un par de años que es

el actual salario mínimo, pero es porque contra todo consejo estadístico lo crean del promedio de los 96 salarios que dicen que son los mínimos en cada grupo por ellos establecidos, en donde incluyen el salario mínimo de un mecánico de aviones por casi $1,000 mensuales que sube el promedio. Pero solo contienen a los que están en su listado, porque si incluyeran el salario mínimo de un capitán de barcos de canal tendríamos el salario mínimo más alto del mundo. Según este absurdo listado basado en la negociación y el músculo un agente de seguridad y un aseador de un casino tienen un salario mínimo de $700 mientras un abogado que estudió cinco años de carrera universitaria tiene un salario mínimo de $473.2 mensuales.

Resulta pues interesante que los representantes de los gremios de la empresa privada que históricamente se han mostrado contra el control de precios, yo también estoy en contra, se sienten en una mesa a decidir el control de precios de 96 grupos salariales con abogados de sindicatos, que en el año 2017 firmaron un acuerdo que establecía que el salario de trabajadores agrícolas, en su mayoría de pueblos originarios, estaría muy por debajo de lo necesario para cubrir la canasta básica de alimentos.

Debo decir que el salario mínimo debe ser parte de una estrategia económica y no es producto de una improvisación divorciada de la necesidad de generar demanda sobre la base de un agresivísimo plan de inversiones, que genere los empleos necesarios para que, como en otros países, el salario mínimo sea irrelevante, porque nadie cobra salario mínimo.

Estoy convencido que entre los mayores desaciertos, de los muchos que han tenido los gobiernos, es el crear una mesa para pulsear el salario mínimo. Tan desacertado como crear una mesa para negociar la canasta básica de alimentos, para negociar la inflación, el Producto Interno Bruto y la temperatura atmosférica.