Por Profesor Felipe Argote
Economista y Administrador
de Empresas
Existen
muchos sistemas administrativos, casi tantos como métodos de liderazgo. Muchos administradores
son líderes que como a mí les gusta trabajar organizando grupos, procesos horizontales,
no verticales, a otros le anima una administración vertical, como en los
ejércitos y grupos religiosos. A otros en cambio les gusta establecer contradicciones
entre sus subalternos y luego salir como Luis Bonaparte, (no confundir con Napoleón
Bonaparte), con un sistema bonapartista en donde el jefe sirve de árbitro entre
las partes para llegar a decisiones mediante la contradicción y la negociación.
Existe
el sistema administrativo en que el jefe siempre busca la parte negativa, siempre
encuentra “las razones para estar triste”. Busca siempre donde están los
fracasos y establece mecanismos para mejorar la situación.
Podemos
enumerar muchos otros, pero ocuparía demasiado en espacio en el artículo y no
es el objetivo en este momento.
Yo
propongo un método que me ha servido mucho en mi experiencia de décadas como administrador
de empresa en un país tropical y subdesarrollado.
A
este le llamaré: Administración por
triunfos y réplicas
Mi
esposa Carmen, socióloga, hace algún tiempo me comentó sobre algunos proyectos
en la región Ngäbe-Buglé para procurar reducir el nivel de desnutrición y por
tanto mortalidad infantil en la comarca. La mayor parte de las organizaciones
no gubernamentales llegaban a la comunidad designada y de inmediato ubicaban
los casos mas graves de desnutrición en niños y establecían mecanismos para mejorar
su situación, educando a la familia sobre cómo mejorar su alimentación. De hecho,
en muchas comunidades ngäbes la desnutrición había sido reducida, pero no en
cantidades que fueran visibles en una gráfica de barras. Sin embargo, una
organización había establecido un método que mostraba frutos importantes en una
comunidad alejada en donde la reducción de la desnutrición había mostrado
cifras significantes.
Al
ser cuestionado el grupo no gubernamental sobre las razones de su buena
ejecución, la respuesta fue demasiado sorprendente. La ONG, en lugar de ubicar
a los niños con mayor desnutrición, procuró situar a aquellos niños que no
mostraban desnutrición en el pueblo. Se percataron que había una proporción del
5 al 10 por ciento de niños con bajos niveles de desnutrición. Estando en campo
pasaron a entrevistar a las familias para conocer las razones de esta situación
que en estadística sería el margen de error. Las entrevistas mostraron que las familias
minoritarias en lugar de solo comer el arroz, la yuca o los otros tubérculos
con café para reducir la fatiga introducían en la dieta cualquier tipo de carne
ya sea de sardinas, conchas de los ríos o carne de monte, que revolvían con el
arroz, la yuca o el plátano. Con esto las familias adquirían además de cereales
y almidones las proteínas que reducían el riesgo de enfermedades, disminuyendo
de paso las posibilidades de desnutrición. Al replicarlo en la misma comunidad,
con la confianza que da ser parientes y vecinos, el resto de la comunidad
asimiló la experiencia con el corolario de reducir la desnutrición que se hizo
evidente en el semblante de los niños a corto plazo.
Antes
de ser consciente de este método, en donde en lugar de ver los fracasos en la
empresa ubicamos los triunfos y luego lo reproducimos en los otros
departamentos o sucursales, ya lo utilizaba empíricamente como método de administración.
Por supuesto esto no significa olvidar la reparación de fallas o mejorar
estructuras si las encontramos, se trata de hacer énfasis en los que hacemos
bien y tratar de replicarlo en lugar de solo ver fallas y deprimirnos. Se tata
de algo si como benchmarking interno. La replica en los otros departamentos se
facilita cuando en lugar de un especialista traído de afuera son sus propios
compañeros y compañeras de trabajo quienes corroboran la bondad y el resultado
positivo de una práctica.
Me
sorprendió hace poco, al escuchar una brillante exposición del experto en
corrupción Robet Klitgaard en la cena de los 60 años de Asociación Panameña de Ejecutivos
de Empresa, (APEDE) que relataba un caso similar de triunfo y réplica en una
comunidad vietnamita. Klitgaard, en efecto refirió cómo en una comunidad
vietnamita con problemas de desnutrición en lugar de situar a las familias con
problemas, que eran la mayoría, lo que ubicaron fue a las familias de la
comunidad que no sufrían de desnutrición. Al descubrir las razones, la
replicaron con éxito entre sus vecinos.
En
este modelo de administración no basta descubrir los triunfos, es necesario
comprometer a los colaboradores para replicarlos. De nada sirve tener la
respuesta si no se logra convencer a quienes deben implementarlas, por tanto,
la motivación es parte integral de este proceso.
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