Por: Felipe Argote
Lástima
que tengo que iniciar mi artículo afirmando que no voté por Varela, ni tengo nada
que ver con su gobierno, pero de nuevo me llama la atención de cuan desviado
del foco está la opinión pública en cuanto al resultado del viaje del
presidente Varela a Alemania y la situación de los llamados Papeles de Panamá.
Mucho tiene que ver con las consecuencias psicológicas de ser por casi un siglo una
semi colonia norteamericana, que se nos trasfiere como genes de una generación
a la siguiente. Como bien escribió uno de
mis poetas favoritos a quien injustamente, tal vez por razones raciales, no se
le otorgó el premio Nobel, Bob Marley: “Emancipate yourself from mental slavery,
none but ourselves can free our mind… “
La
opinión pública ha centrado su atención en una entrevista de la periodista de
una cadena alemana, Jenny Pérez, que no la vi pero la leí con cuidado y me pareció
que se dieron buenas respuestas. La periodista alemana, y la opinión pública nacional
lo repite, cree que lo que dice la OCDE, o solo lo que dice Francia debe ser
ley en Panamá. Alguien debe preguntar por qué, si consideran que nuestro país está
faltando a las leyes internacionales contra lavado de dinero y lucha contra el
terrorismo, estos países no se van a acusarnos a la OMC, a la Haya o el Consejo de Seguridad de la ONU?
Por qué ninguno ha levantado una acusación contra Mossack o contra Fonseca? La
respuesta es simple… porque no hay nada ilegal que empresas de abogados organicen
sociedades anónimas a empresas internacionales o ciudadanos de otros países. Que
no sea bueno para ellos, se entiende, que presionen para evitar eso, es su derecho,
pero que nosotros mismos creamos que tenemos que agachar la cabeza con vergüenza
y cerrar el centro bancario como quería Joseph Stiglitz y Marck Pieth, para que
los ricos europeos y norteamericanos paguen todos los impuestos establecidos en
sus países y que ellos sigan viviendo en la opulencia a costa de que nosotros
perdamos posición en nuestro negocio, es persistir en una mentalidad de
colonia. Otra cosa es jugar con nuestras fichas disponibles, para evitar las
consecuencias negativas de medidas unilaterales, tan duras como injustas de
estos países. De paso, donde está toda la información que según dijo Stiglitz
en su nota de renuncia iba a hacer pública.
Sobre
el viaje del presidente Varela, solo el hecho que Angela Merkel, la lidereza del
país que
El
no haber transmitido la esencia de los resultados de este viaje no es
responsabilidad de los medios, para nada, la responsabilidad es de los
profesionales del gobierno, los asesores y funcionarios muy bien pagados que no
han tenido la capacidad de explicar y hacer comprender en forma sencilla a la población
lo que se cocina en estas esferas. Estoy convencido que la mayor parte del país
lo entendería. También es culpa de sus directores de información y de relaciones
públicas que creen que si los funcionarios no van a determinados medios
castigan a los comunicadores que los critican.
Bastaría
denotar que cuando el Ministro de Economía Dulcidio de la Guardia se fue a Francia
a hablar con el Ministro socialista Michel Sapin, no se hizo acompañar por el
director de seguridad pública, ni por el jefe de la policía, por tanto no se
discutía un problema de lavado de dinero proveniente del narcotráfico, ni mucho
menos se trataba de nuestro poco compromiso en la lucha contra el terrorismo,
se hizo acompañar por el director de la Dirección General de Ingresos porque se
trata de un problema fiscal.
De
nuevo, los países desarrollados, Francia de primero, ya no puede sostener el
estado de bienestar que disfrutaban con los márgenes de ganancia que tienen ahora que China compite con ellos.
Ante eso, procuran recoger dinero de sus nacionales que se esconden en centros
financieros, Panamá es uno, pero la mayoría están en sus propios países, para recuperar
el dinero que antes solo recogían de sus residentes. Como es difícil
localizarlos en las sociedades anónimas tras las cuales se emparapetan, quieren
que nuestro centro bancario le remita automáticamente la información bancaria
de todo aquel que posea pasaporte de ese país. Esto acarrea pérdida de clientes
que intentan evadir sus impuestos, pero también los que sin ser evasores se
incomodan de que su información sea pública, además crea aumento en costos por
los nuevos controles. A estos países desarrollados les importa muy poco nuestra
pérdida de negocio. Adicionalmente quieren que los costos de perseguir a sus
ciudadanos lo cubramos nosotros.
Las
medidas que nos imponen no lo aplican en sus propios centros financieros, porque
son conscientes que el hacerlo llevaría a la fuga de inversiones, por eso prefieren
desarrollar la persecución en nuestros países subdesarrollados porque al final…
ya nosotros estamos acostumbrados a ser pobres y ellos no.
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